MEDITACIÓN PARA LA VIDA

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MEDITAR EN CASA

La importancia de meditar lo más seguido posible.
La práctica de la meditación sentados es un período que dedicamos a contactar y familiarizarnos con un estado de presencia íntimo, no reactivo ante todo lo que surge en la experiencia, mientras la mente está estable (si es necesario con un poco de atención consciente en las sensaciones de la respiración.)

La idea no es solamente tener una práctica que uno hace de vez en cuando sentados en la cual tocamos base, sino permitir que el estado de claridad y sabiduría que contactamos en la práctica de meditación sentados sirva de base en nuestra vida cotidiana. Para eso lo mejor es tener una práctica de meditación cotidiana. Y para ello son necesarios tres elementos fundamentales: a) compromiso b) un lugar c) un tiempo.
Compromiso  se refiere obviamente a comprometerte contigo mismo a hacer la práctica de meditación sentado en tu casa, llueva o truene. Y mientras más seguido hagas la práctica, más pronto te familiarizarás con el estado de presencia abierto, no reactivo, y podrás reconocerlo incluso en medio de actividades en la vida cotidiana.
Decidir que meditar es una prioridad en algún momento del día y de la semana es crucial. De la misma manera que lo es lavarse los dientes o tomar una ducha. Así como nos gusta salir con el cuerpo limpio, pronto descubrirás el gran valor de salir con la mente clara y estable, lista para abrirse a la experiencia de la vida con creatividad y compasión.
Toma la decisión  lo más pronto posible, en este momento. ¿Dónde y cuándo voy a meditar?

¿Dónde meditar?
Tener un lugar específico para meditar es una maravilla. El lugar en sí te inspirará y crecerá con tu práctica. Cada que llegues a este lugar reconocerás el propósito de tu práctica e incluso se asomará pronto el estado mental de claridad.
Ese lugar puede ser un rincón en una habitación, o un cuarto en sí dedicado para ese propósito.  Si es absolutamente imposible tener un lugar específico permanentemente, puede ser un lugar que conviertes en espacio específico cada sesión de práctica.
Ayuda a la práctica que el lugar sea relativamente calmado y esté ordenado. Que no te informe actividades pendientes, trabajo, etc.

Accesorios de meditación
Es importante para la práctica tener una silla apropiada o un banquito o cojín, así como una colchoneta o tapete. Tal vez desees también poner una vela, o un incienso, para ayudarte a crear una sensación de que estás en sesión de meditación.

Tener un momento apropiado
Para establecer una práctica en casa es de gran utilidad decidir qué momento del día lo vas a hacer. No te esperes a que aparezca un hueco en tus actividades.  Definir el momento en que vas a hacer la práctica te ayuda a no caer en la trampa de las ganas: meditar cuando tienes ganas. Las ganas no son importantes en la meditación. Uno hace la práctica con o sin ganas, y durante la práctica misma contempla la emoción de desgano que acompaña la experiencia, permitiendo que se transforme y cambie, como es la naturaleza de todo.

Algunas personas hallan que las primeras horas de la  mañana son muy buenas para la meditación, pues quedas con la mente clara y lista para ir al mundo de las actividades con la mente clara, receptiva y creativa. Otras personas encuentran que al meterse el sol es un momento muy inspirador, además de que quizás queden menos actividades por delante en el día. Meditar en la noche tiene una influencia en el sueño, y en los sueños. Irse a dormir después de haber meditado puede traer un nivel de presencia en los sueños que te permite integrar también la energía emocional asociada a los sueños.

Aunque en realidad depende mucho de la persona. Lo importante es que medites diario. Algunas personas necesitamos una hora fija cada día para no perder la constancia, otras personas pueden meditar a cualquier hora del día y siempre encuentran un momento para hacerlo antes de que estés demasiado cansado o somnoliento para hacerlo.

Duración de la práctica

Una práctica de meditación difícilmente tiene un efecto profundo si no le das tiempo. 30 minutos es un tiempo apropiado para la mayoría de las personas. Menos de eso es bueno si no tienes otra opción, pero recuerda que sostener el estado de presencia durante cierto tiempo te permite ir liberando e integrado energía emocional que no aparece de buenas a primeras en tu práctica, sino se manifiesta después de 20 o 30 minutos con la mayoría de las personas.
Más de 30 minutos es bueno también, tal vez 40 minutos. Ayuda mucho que el tiempo que vas a hacer la práctica lo definas de antemano, y que te ajustes a esa decisión. Puedes tener un reloj a la mano que de vez en cuando consultes, o ponerle una alarma por el período de tiempo, o usar una varita de incienso y aprender a medir el tiempo en base a ella.


FUERA DE CASA
P. ¿si no cuento con un lugar o un momento en casa dónde o cuándo meditar, qué puedo hacer?

Puedes ir a un parque que tenga una razonable sensación de seguridad y lugares aislados. Simplemente te sientas en una banca del parque, con la manos en las piernas. Si temes meditar con ojos cerrados, hazlo con ojos entreabiertos.

O en una iglesia. Búscate un momento en que no haya servicio y medita sentado en una banca.

UN ALTAR
P. ¿Es necesario poner un altar?

R. Definitivamente no. Pero sí puede ser de ayuda tener algún objeto o imagen que a ti te inspire, incluso velas o incienso. Los altares en un lugar de meditación sirven como recordatorios de que es posible contactar la naturaleza despierta, clara,  sensible y abierta, de la conciencia. Para muchas personas la imagen del Buda representa eso, no es un ídolo ni un dios. Es la naturaleza  de la realidad contactada por un ser humano.

¿CÓMO MEDIR EL TIEMPO DE MEDITACIÓN.?
¿Puedo poner una alarma para saber cuando terminar la sesión, para no interrumpir mi concentración para verificar el tiempo que llevo?

Puedes poner una alarma, claro. O un incienso que dure justo el tiempo que te das para meditar, o un reloj de arena. Con la práctica podrás saber con bastante precisión cuánto tiempo llevas meditando.

CUANDO ES MEJOR NO MEDITAR
P. ¿A veces es bueno posponer la meditación, como cuando estás muy cansado y no has dormido bien?
R. Por supuesto


MEDITAR CON MUSICA

P. ¿Se puede meditar con música?
R. Cuando escuches música escúchala como si estuvieras meditando: dándole tu atención, entregándote a ella, siguiendo todas sus ideas, sus sutilezas, no te distraigas.
La experiencia de escuchar música puede ser maravillosa si lo haces así.

Pero cuando medites, no pongas música. La música puesta a propósito se vuelve un foco de atención que te aleja de darte cuenta de las respuestas y movimientos sutiles de tu mente y de lo que emerge de la subconsciencia, así cómo de tus emociones y tu cuerpo. En la meditación estás tratando de conocerte a un nivel desconocido para ti. Eso requiere toda tu atención y toda tu energía mental y emocional en la práctica misma.